Además de desearnos suerte para comenzar el año con buen pie, los beneficios de comer uvas van mucho más allá de cada 31 de diciembre. Como sabrás, llevar una dieta sana y equilibrada es una de las reglas básicas a seguir cuando hablamos de alimentación.
Como decíamos al principio de este post, el consumo de esta fruta no se limita a un día concreto y siguiendo una tradición. No, las propiedades de las uvas son más que una cuenta atrás al compás del reloj de la Puerta del Sol de Madrid. En España, por ejemplo, tenemos la tradición de tomarnos las uvas con las Campanadas de Fin de Año, una costumbre que no siguen el resto de países.
¿Esto significa que en otras zonas no se consuma esta fruta? Para nada. Cada año se cultivan más de 72 millones de toneladas de uvas en todo el mundo, y la mayor parte de ellas van destinadas a la producción vitinícola, dado como resultado el vino – una bebida con grandes beneficios para nuestra salud.
Las uvas tienen propiedades diuréticas. Está formada por altas cantidades de potasio, bajos niveles de sodio y dosis moderadas de vitamina B, de manera que ayudan a regular las grasas e hidratos de carbono de nuestro organismo, comer uvas ayuda a adelgazar y a mantener el sistema muscular y nervioso en buen estado. Esta fruta también es beneficiosa para prevenir la aparición de dolencias como la hiperurricemia o gota, la litiasis renal, la hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas a la retención de líquidos.
Tomar uvas puede ayudar a evitar el desarrollo de células cancerígenas, puesto que la piel de esta fruta cuenta con un compuesto llamado resveratrol que ayuda al control de esta enfermedad.
Las uvas contienen taninos y ácidos cafeicos, que son potentes bactericidas